Un juzgado de California ha ordenado la clausura de una
página web en la que se utilizaba el nombre de Playboy
como metatag, por considerar que dicha práctica
constituía una infracción de los derechos de propiedad
industrial sobre la marca Playboy.
Los metatags son palabras que se introducen en un
apartado específico del código fuente de un documento
HTML para indicar a los buscadores de Internet tipo
Altavista, Yahoo, etc. cuál es el contenido de la
página. Estas palabras no aparecen en la pantalla que se
visualiza a través del programa navegador.
Existen diversas técnicas para conseguir que una página
web obtenga una mayor frecuencia de visitantes:
- Introducir la
palabra clave que previsiblemente introducirá el
usuario en el motor de búsqueda de forma repetida
para que el buscador presente nuestra página entre
las primeras referencias localizadas que cumplen los
requisitos de la búsqueda. Por ejemplo, si queremos
atraer a los usuarios que esten intentando localizar
un web con música jazz, se trataría de introducir
30 ó 40 veces la palabra JAZZ como metatag.
- Introducir como metatag una palabra clave que
corresponde a temas mayoritariamente buscados por los
usuarios de la red.
Por ejemplo, una de las páginas más visitadas en
1996 incluía como metatag más de 500 palabras
relacionadas con el sexo, pero el contenido de la
página no tenía nada que ver con el tópico.
- Utilizar marcas de productos y nombres de empresas
importantes para atraer a los usuarios a páginas en
las que se ofrezcan productos o servicios
competidores. Por ejemplo, introducir como metatag el
nombre JP MORGAN para conseguir que los usuarios
visiten la página web de una empresa que ofrece
informes financieros.
Esta última modalidad es
la que las empresas afectadas han considerado que
comportaba un uso indebido de su reputación y de su
marca, que les legitimaba a ejercitar una acción por
competencia desleal o por infracción de los derechos de
propiedad industrial.
Hasta ahora, los precedentes más conocidos son las
medidas cautelares solicitadas en el caso Playboy
Enterprises Inc. contra Calvin Designer Label y la
demanda del despacho de abogados Oppedahl & Larson
contra varios operadores de Internet.
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